De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia. —Juan 1:16
Tu y yo hoy podemos vivir en victoria porque el Espíritu Santo está fortaleciendo nuestras vidas y enseñándonos a orar. Nos ayuda a pedirle a Dios lo que necesitamos en lugar de intentar que las cosas sucedan por nuestra cuenta.
El Espíritu Santo es quien trae todo buen regalo a tu vida, todo lo que necesitas. Sus múltiples roles como Consolador, Consejero, Ayudante, Intercesor, Abogado, Fortalecedor y Auxiliador, se pueden resumir diciendo que Su propósito es acercarse lo más posible a nosotros y hacer que nuestras vidas funcionen para la gloria de Dios.
Dios está interesado en cada detalle de tu vida. Quiere ayudar con todo en tu vida. Él está a nuestro lado en todo momento esperando la primera oportunidad disponible para entrar y darnos la ayuda y la fuerza que necesitamos. Pide ayuda con la frecuencia que la necesites. No tenemos porque no pedimos (Santiago 4: 2), así que pide y pide y pide. Sigue pidiendo para que puedas recibir y tu gozo sea pleno (Juan 16:24).
La parte de Dios es darnos Su gracia y Espíritu; nuestra parte es pedir Su ayuda y ofrecernos a Él como vasos para que Él haga Su obra.