El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y está lleno de amor inagotable. —Salmos 103:8
La promesa de que Dios no está enojado con nosotros es la verdad más liberadora que jamás encontraremos. Dios sabe que vamos a pecar, pero Él proveyó el perdón de nuestros pecados en Jesús. La hermosa verdad es que cuando ya no nos enfocamos en nuestro pecado, descubrimos que lo hacemos cada vez menos. A medida que nos enfocamos en la bondad de Dios, nos volvemos más y más como Jesús.
Dios, a través de Cristo, se ha ocupado totalmente del problema del pecado, ¡eso es algo por lo que estar agradecido! Dios nos insta a no pecar, pero sabía que lo haríamos debido a la debilidad de nuestra carne, así que se encargó del problema enviando a Su Hijo como sacrificio por nuestros pecados.
Jesús pagó por todo lo que hemos hecho y lo que haremos mal, y nos abrió una nueva forma de vivir y servir a Dios. No en el miedo o la culpa, sino en la libertad, el amor y la intimidad. ¡Recibe el amor, la misericordia y el perdón de Dios hoy y sé agradecido por ello!
Oración de Gracias
Padre, estoy tan agradecido de que no estés enojado conmigo. Estoy agradecido de que todavía me amas incluso cuando peco. Y gracias por el sacrificio de Jesús, haciendo posible que yo tenga una relación contigo hoy.
