Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Mateo 11:28
Si no tenemos descanso, no estamos realmente creyendo, porque el fruto de la fe es el descanso.
Durante muchos años de mi vida diría: “Oh, le estoy creyendo a Dios; Confío en el Señor.» Pero no estaba haciendo ninguna de esas cosas, porque estaba ansiosa, preocupada, irritable y al límite la mayor parte del tiempo.
Así como podemos involucrarnos en la actividad externa, podemos involucrarnos en la actividad interna. Dios quiere que no solo entremos en Su descanso en nuestro cuerpo, Él también quiere que entremos en Su descanso en nuestra alma.
Para mí, encontrar descanso, alivio, tranquilidad, refrigerio, recreación y bendita tranquilidad para mi alma, significa encontrar la libertad de la actividad mental incorrecta. Significa no tener que vivir en el tormento del razonamiento, siempre tratando de encontrar una respuesta que no tengo. No tengo que preocuparme; en cambio, puedo permanecer en un lugar de paz tranquila y descansar a través de la oración.
Si realmente creemos en Dios y confiamos en el Señor, habremos entrado en Su descanso. Hemos orado y puesto nuestro cuidado sobre Él y ahora permanecemos en la perfecta paz de Su presencia diaria.
Puedes hablar Su Palabra a tu mente ansiosa de la misma manera que Jesús habló a la tormenta y dijo: «¡Silencio! ¡Cálmate!»