Escrito está: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. —Mateo 4:4
No creo que haya nada mejor que estar satisfecho. Despertar por la mañana y pensar: La vida es buena; Alabado sea Dios, estoy satisfecha, e irme a la cama por la noche aun satisfecha, eso es vivir en abundancia. Por otro lado, no creo que haya nada peor que vivir en un bajo nivel de insatisfacción todo el tiempo.
Aquí hay una revisión de la realidad espiritual: no importa lo que poseas, a dónde vayas o lo que hagas, nada puede brindarte verdadera gratificación además de la presencia cercana, personal e íntima de Dios. Dinero, viajes, vacaciones, ropa, nuevas oportunidades, muebles y casa nuevos, casarse y tener hijos, son cosas que pueden darnos un grado de felicidad. Pero nunca estaremos permanentemente satisfechos si buscamos cosas que poseer o hacer para saciar el vacío dentro de nosotros.
¡Hay muchos creyentes infelices que viven vidas insatisfechas porque están buscando lo incorrecto! No se pierda una relación cercana e íntima con Dios porque está buscando el don en lugar del Dador.
Las cosas del mundo no pueden satisfacer verdaderamente. Siempre mira a Dios primero y Él satisfará los deseos de tu corazón.