Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos. —Proverbios 17:22
Te animo a ser una persona agradecida y positiva. Si no lo eres, es solo cuestión de formar un nuevo hábito.
Fui tan negativa en un momento de mi vida que incluso si intentaba tener dos pensamientos positivos seguidos, mi cerebro parecía dejar de funcionar. Pero ahora soy muy positiva y en realidad no disfruto estar con personas que son negativas.
Si aún no has formado el hábito de ser positivo, ¡puedes comenzar hoy! Pon recordatorios en tu casa o en tu automóvil, pequeños letreros que digan: “Sé positivo”. Pídele al Espíritu Santo que te recuerde si estás cayendo en la negatividad. Pídeles a tus amigos que también te ayuden. Reserva tiempo durante el día para concentrarte y estar agradecido por las cosas buenas con las que Dios te ha bendecido.
Los pensamientos positivos y agradecidos no ocurren por accidente; puedes elegir practicarlos. Y recuerda, la práctica hace al maestro.
Oración de Gracias
Gracias, Padre, por ayudarme a tener pensamientos positivos. Estoy agradecido de no ser un prisionero del pensamiento negativo y de poder elegir ser feliz y lleno de alegría.
