Yo soy el que por amor a mí mismo borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados. Isaías 43:25
No importa cuál sea tu problema o lo mal que te sientas contigo mismo como resultado de ello, lleva esta verdad a tu corazón: Dios te ama. Jesucristo dio Su vida para que pudieras ser perdonado y te ha dado una nueva vida. Dios te ha dado una nueva familia y nuevos amigos para que te amen, acepten, aprecien y apoyen. Lo lograrás gracias a Aquel que vive dentro de ti y cuida de ti.
Arrepiéntete de cualquier pecado que se interponga entre Él y tú, y recibe el perdón. No importa lo que hayas hecho, di: “Señor, lo hice, y es una maravillo para mí darme cuenta de que me amas incondicionalmente y que me perdonas. Has puesto mis pecados tan lejos de mí como el este del oeste, ¡y no los recuerdas más! (Salmo 103: 12.)
Una vez que te has arrepentido de tus pecados y recibido el perdón de Dios, si continúas llevándolos hacia Él cada vez que vayas a Él en oración, le estás recordando algo que no solo ha perdonado, sino que también ha olvidado.
A partir de este momento, deja de castigarte por algo que ya no existe.