Una vez fui lo que yo llamo una «creyente religiosa», y durante ese tiempo, le pedía ayuda a Dios solo cuando me enfrentaba a lo que yo sentía que era una situación desesperada, una crisis o un problema grave para el que no podía encontrar una solución por mi cuenta. También durante ese tiempo, oraba, no mucho, pero lo hacía porque eso era lo «religioso» para hacer.
Después de convertirme en lo que llamo una «creyente de relación», rápidamente aprendí que el Espíritu Santo vivía en mí para ser mi Consolador, mi Maestro, mi Amigo y mi Ayudante, y descubrí que necesitaba ayuda para todo. arreglar mi cabello correctamente, jugar bolos con una buena puntuación y elegir el regalo adecuado para una amiga, tomar decisiones correctas y superar las circunstancias desesperadas y los problemas graves de la vida.
Cuando realmente entendí esta verdad y me di cuenta de que Jesús no murió para darme un tipo específico de religión sino para llevarme a una relación personal profunda con Dios, hice la transición de una «creyente religiosa» a una «creyente de relación.» Mi fe ya no se basaba en lo que consideraba mis buenas obras, sino en las obras de Jesús. Vi que la misericordia y la bondad de Dios me abrieron un camino para estar en comunión cercana con Dios para recibir Su ayuda en cada área de mi vida, escuchar Su voz y disfrutar de una comunión íntima con Él.
La palabra de Dios para ti hoy: Sé de relación, no de religión.
