Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor. (Gálatas 5:13)
A veces, a medida que avanzamos en la vida, lastimamos a las personas sin ni siquiera saber que lo estamos haciendo. Yo soy una persona muy directa y eso es una buena cualidad, pero también he tenido que aprender a ser sensible a lo que otros están pasando mientras me acerco a ellos en la conversación. Lo que decimos en un momento puede ser totalmente inapropiado en otro momento. De hecho, somos liberados por Cristo y tenemos derecho a ser nosotros mismos, pero la ley del amor exige que nuestras libertades no se utilicen como excusa para ser egoístas.
El hecho de que tengamos ganas de decir o hacer algo no significa que sea lo mejor para la situación en la que nos encontramos. Si estuviera hablando con una persona que ha estado enferma durante mucho tiempo, ese no sería el mejor momento para decir lo bien que siempre te sientes. O, si estuviera hablando con una persona que acaba de perder su trabajo, ese no sería el mejor momento para contarle sobre el aumento de sueldo y el ascenso que acabo de recibir. Jesús murió para que podamos disfrutar de la libertad, sin embargo, también deja en claro en Su Palabra que debemos servirnos unos a otros a través del amor.
La palabra de Dios para ti hoy: Si haces felices a los demás, tú también serás más feliz.