¿Sientes que estás pasando por un momento de prueba en tu vida? ¿Estás luchando con una situación que estás tentado a simplemente evitar, ignorar o huir porque es demasiado difícil de enfrentar?
Jesús nos dice en Juan 16:33 que: En este mundo afrontarán aflicciones. ¡Pero Él después sigue con buenas noticias! Él dice: pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
La verdad es que todos pasamos por momentos difíciles, y podemos confiar en Dios para que nos ayude a lidiar con ellos o elegir rendirnos. Pero si nos damos por vencidos, no avanzaremos en la vida ni experimentaremos lo mejor que Dios tiene para nosotros.
A veces Dios nos permite pasar por dificultades en esta vida porque es durante esos momentos que crecemos en nuestra fe y desarrollamos más el carácter de Cristo. Las pruebas revelan lo que realmente creemos y lo que realmente hay dentro de nuestros corazones. Nos ponen a prueba. Y hasta que tengamos que lidiar con una situación específica, realmente no sabemos qué haríamos.
Santiago 1: 2 dice que debemos «considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas. El versículo tres continúa diciendo que “pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia.”
Recuerdo los días en que me enfadaba y me quejaba cada vez que las cosas no salían como yo quería. No tenía paz y era emocionalmente inestable. Cuando fui probada por la adversidad, sacaron a relucir los celos, la confusión y las actitudes negativas que había en mi corazón.
Pero a través de los años, a medida que he estudiado la Palabra y he aprendido a confiar en Dios, he desarrollado más las cualidades y el carácter de Cristo en mi vida. Todavía soy una obra en progreso, pero ahora soy mucho más paciente, incluso en los momentos difíciles. Pero fueron las pruebas por las que pasé las que me ayudaron a llegar a este punto.
Podemos enfrentar nuestras pruebas con gozo cuando comprendemos que al pasar por ellas aprendemos a vivir en la paz, el gozo y la sabiduría de Dios, sean cuales sean nuestras circunstancias.
Aquí hay algunos consejos para ayudarte a pasar tus pruebas…
1. Busca la Fortaleza de Dios en Tiempos de Prueba.
Durante los tiempos difíciles, podemos tener la tentación de volver al antiguo comportamiento, hábito o adicción. Por ejemplo, fumé durante muchos años, y después de dejar de fumar hubo un período de tiempo en el que quería un cigarrillo cada vez que estaba molesta o me sentía presionada por algo.
Pero me encanta lo que dice 1 Corintios 10:13: Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir.
2. Concéntrate en lo Positivo y Agradece a Dios por Su Bondad
Cuando los tiempos se ponen difíciles, es fácil quejarse, enojarse con Dios o resentirse con las personas que no tienen los mismos problemas que nosotros. Sin embargo, estas cosas solo nos mantendrán atascados donde estamos y afectarán nuestras vidas de manera destructiva.
¿El antídoto? Elige alabar a Dios por las bendiciones en tu vida. Pon tu atención en Él y agradécele por Su amor y fidelidad. Al hacerlo, magnificarás lo bueno… y expulsarás lo malo.
3. Confía en Dios Cuando no Tengas las Respuestas
En un momento u otro, probablemente todos hemos pensado: ¿Por qué me está pasando esto a mí? Pero en lugar de preguntarnos por qué y sentir lástima por nosotros mismos, debemos decir: «No entres en pánico… ¡esto es solo una prueba!» Porque esa es la verdad: esto también pasará, y lo superaremos con más paz y estabilidad si confiamos en que Dios hará lo mejor para nosotros en el momento adecuado y a Su manera.
4. Espera en el Tiempo de Dios
Si eres como yo, has tenido la tentación de hacer que algo suceda por tu cuenta. ¿Alguna vez has pensado, no voy a aguantar más esto! ¡Voy a hacer algo al respecto! Pero cuando tomamos el asunto en nuestras propias manos, a menudo retrasamos o perdemos la bendición que Dios quiere darnos. En cambio, debemos estar decididos en confiar en Dios y esperar en Él para que resuelva las cosas.
Dios te ama mucho y tiene un gran plan para tu vida. La próxima vez que te pongan a prueba, te animo a que digas: “Dios, confío en ti. No se siente bien, pero sé que lo resolverás por mi bien.”
En cada prueba que pases, te acercarás un poco más a Dios. Y, por otro lado, le agradecerás por usarte para hacerte más como Cristo.
