El Señor, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará del poder de ese filisteo. —1 Samuel 17:37
Cuando David se ofreció como voluntario para ir a luchar contra Goliat, nadie realmente lo animó. Todos, incluido el rey, le dijeron que era demasiado joven, demasiado inexperto, demasiado pequeño y que no tenía la armadura adecuada. Pero David se animó relatando las victorias que Dios le había dado en el pasado. Finalmente, Saúl le dijo que se fuera, pero aún no creía que David pudiera ganar.
Habrá muchas ocasiones en la vida en las que no tendrás a nadie que te anime, y durante esas ocasiones, tendrás que confiar solo en Dios. El enemigo nunca deja de intentar desanimarnos. Él quiere evitar que seamos fieles en hacer lo que Dios quiere que hagamos. Hoy, quiero animarte a que con Dios puedes hacer cualquier cosa que necesites hacer.
Cuando tengas que esperar mucho tiempo por algo, o cuando parezca que todo y todos están en tu contra, en lugar de ponerte negativo y abatido, dile a Dios: “Señor, te seré fiel. Recuerdo lo que hiciste en mi vida en el pasado. Sé que me librarás de nuevo. Confío en que me acompañarás.» Dios está más cerca de ti de lo que te imaginas, y nunca te fallará.
Dios es tu fuerza y todas las cosas son posibles para Él.