Bien —respondió Natán—. Haga Su Majestad lo que su corazón le dicte, pues el Señor está con usted. —2 Samuel 7:3
Un corazón dispuesto es un corazón que «quiere.» Si hay algo que queremos hacer con la suficiente fuerza, de alguna manera encontraremos la manera de hacerlo. Con la ayuda de Dios y un corazón dispuesto, podemos tener una relación cercana con Él, mantener nuestra casa limpia, ahorrar dinero, salir de deudas o alcanzar cualquier otra meta en la vida que nos hayamos propuesto. Nuestra victoria o derrota tiene mucho que ver con nuestro «querer.»
Muchas veces le echamos la culpa de nuestros fracasos al diablo, a otras personas, al pasado, y así sucesivamente. Pero la conclusión puede ser que simplemente no tenemos el suficiente «querer.»
Si realmente quieres estar más cerca de Dios, creo que lo estarás. Tu corazón dispuesto hará que lo busques con una nueva pasión. Decidirás dedicar tiempo cada día a la oración y al estudio de la Palabra. Dios verá tu corazón y se acercará a ti incluso cuando te acerques a Él.
No siempre tenemos ganas de hacer lo que queremos hacer, pero no tienes que tomar decisiones basadas en sentimientos.