Recientemente me puse a pensar en cuál es la mala actitud que más le molesta a Dios. Creo que es una actitud de ingratitud.
Si tienes hijos, probablemente puedas familiarizarte con esto. Tu trabajas duro para hacer todo lo que puedas para tus hijos y harías todo de nuevo si ellos te dijeran: “Gracias, mamá» o «Gracias, papá». “Yo aprecio de verdad las cosas que haces por mí «. Pero no todos los hijos muestran ese tipo de madurez.
Muchas veces, regresan a casa murmurando y quejándose, «Quiero esto» y «Quiero eso» y «¿Por qué no haces esto solo por mí?» Eso es bastante irritante, ¿verdad?
¡Como hijos de Dios, muchos cristianos probablemente para Dios suenan de la misma manera!
Por eso creo que debemos observarnos a nosotros mismos y a la importancia de tener una actitud de agradecimiento hacia Dios.
Lo Que Los Israelitas No Pudieron Entender
Después de que Moisés sacó a los israelitas de Egipto, murmuraron, refunfuñaron y se quejaron. No les gustaba su liderazgo y estaban cansados de comer maná. En realidad, querían volver a Egipto donde fueron golpeados y obligados a trabajar largas horas al sol.
Los israelitas pensaron que sus enemigos eran la razón por la que no podían llegar a la Tierra Prometida, pero fue su actitud la que los mantuvo vagando por el desierto. (Ver Números 11). Todo lo que tenían que hacer era ser positivos.
Ahora, piensa en las cosas de tu vida por las que estabas tan emocionado cuando Dios te bendijo con ellas: el bebé por el que estabas orando, la esposa que anhelabas, el ascenso en tu trabajo que intentaste duramente obtener, a lo mejor sean esas cosas por las cuales te estas quejando hoy.
La naturaleza de la carne, si no está disciplinada y controlada por el Espíritu Santo, siempre se desviará hacia lo negativo. Nunca tienes que esforzarte para quejarte, pero se necesita mucha fe y esfuerzo para mantener una actitud de gratitud y aprecio.
Apreciando Tu Tiempo En El Desierto
Puedes pensar que es un poco extraño decir esto, pero creo que debemos aprender a apreciar nuestras pruebas más de lo que debemos, porque son las que nos hace crecer y madurar en un carácter piadoso.
Mira, en tiempos difíciles, tendemos a experimentar más de Su cercanía y Su poder en nuestras vidas. Es en esos momentos que realmente llegamos a conocer a Dios.
En realidad, quejarse abre una puerta al enemigo. Necesitamos aprender a ser agradecidos con Dios en todo.
No salgas a almorzar con alguien y pases todo el tiempo hablando de tus problemas. Recuerda, trae a memoria y cuenta las cosas buenas que Dios está haciendo en tu vida.
Habla de tus momentos en el Mar Rojo. Recuerda el maná que te dio la semana pasada. Recuerda las resurrecciones que has tenido en tu vida. La Biblia dice que debes fijar tu mente en aquellas cosas que son dignas de alabanza (ver Filipenses 4: 8). Recuerda esas cosas. Habla de esas cosas.
No te voy a decir que va a ser fácil hacerlo. Es mucho más fácil poner excusas y sentir pena de ti mismo porque te sucederán cosas que no parecen justas. La clave es seguir diciendo: «Dios confío en ti y creo que obrarás todo por mi bien.»
El Beneficio De Creer En Dios
Es algo maravilloso que Dios ha hecho para que podamos ver algo negativo de una manera positiva y realmente decir: «No puedes vencerme porque Dios está de mi lado.»
Quiero tener una buena actitud porque eso es lo que glorificará a Dios. Él ha prometido que si hacemos tres cosas simples: seguir orando, amándole y queriendo Su voluntad, todas las cosas obran juntas para nuestro bien (Ver Romanos 8:28). Eso es 100 por ciento una garantía irrefutable de que no importa cuán complicada sea la vida, Dios hará la obra. Si quieres la victoria en tu vida, todo lo que tienes que hacer es adoptar un estilo de vida de acción de gracias.
Si puedes lograr ser agradecido en cada situación, creyendo realmente que Dios está obrando todo para tu bien, terminarás con la victoria cada vez.