Jesús dice en Mateo 5:3, Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.
La humildad no es una palabra muy popular. Sin embargo, a lo largo de la Biblia, el Señor nos instruye acerca de los beneficios de ser “humilde.” Amo a Santiago 4:6. Dice, Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes. En otras palabras, ¡los humildes obtienen la ayuda!
Creo que la humildad a menudo se malinterpreta e incluso se ve como una debilidad. Pero es exactamente lo contrario. La humildad nos coloca en una posición para recibir la gracia de Dios y convertirnos en todo lo que Él nos ha llamado a ser.
Una persona humilde es también una persona feliz y generalmente llena de alegría. Pueden disfrutar de su vida y de lo que Dios les ha llamado a hacer, independientemente de lo que el mundo piense al respecto.
Por ejemplo, puedes pensar que tus circunstancias y responsabilidades actuales son mundanas. La persona orgullosa siempre quiere hacer algo que cree que el mundo admirará… algo que otros vean como «importante.» Pero la verdad es que no tenemos que hacer algo importante para ser importantes.
Somos importantes porque Dios nos ama y nos valora. Nuestro valor proviene de Él. A medida que recibimos Su amor y encontramos nuestro verdadero valor como Sus hijos, entonces podemos verdaderamente disfrutar de nuestro propósito en la vida y vivir contentos.
Muchas personas se sienten infelices y se comparan constantemente con otras personas que consideran más inteligentes, más bonitas o exitosas. Pero una persona con una actitud humilde tiene la capacidad de ser feliz con lo que es.
Mi esposo, Dave, es un ejemplo perfecto. Hace años, el Señor le ordenó que dejara su trabajo en el campo de la ingeniería para ayudar a establecer los Ministerios Joyce Meyer. En ese momento, Dios le habló al corazón y le dijo: “Si haces lo que te estoy llamando a hacer y le permites a Joyce hacer lo que la he llamado a hacer, entonces tendrás mucha paz y felicidad.”
Dave es una parte extremadamente vital de este ministerio, y su sabiduría en finanzas y administración ha ayudado a convertir al Ministerio Joyce Meyer en lo que es hoy. Sin embargo, se necesita un hombre verdaderamente humilde, un hombre que esté seguro y sepa que Dios lo aprueba, para estar de acuerdo con que su esposa sea la que está «al frente».
Puedo decir honestamente que Dave es una de las personas más felices que conozco. Sabe lo que Dios le ha pedido que haga, y lo está haciendo con alegría.
¿Cuáles son algunos otros rasgos de carácter de una persona humilde?
- Los humildes siempre pueden pedir ayuda y no insisten en que todo se haga a su manera.
- Son rápidos para perdonar a los demás, difíciles de ofender y contentos de esperar en Dios para vindicación cuando han sido agraviados.
- Son pacientes y no se frustran con las debilidades de los demás.
- El humilde es pacificador. De hecho, necesitamos humildad para mantener la paz en nuestras vidas. Romanos 12:16 dice: Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben. ¡Guau! Imagínate si todos decidiéramos adoptar solo este mandamiento de la Biblia. Es el camino que conduce a la paz con nosotros mismos y con los demás.
- Una persona humilde sabe cuándo estar callada. Ciertamente no está mal hablar, pero una persona humilde se siente cómoda permitiendo que otros sean el centro del escenario y no siente la necesidad de decir lo que piensa en cada situación.
- Una persona humilde ve sus propias debilidades y puede admitirlas fácilmente. Cuando nos abrimos a los demás acerca de nosotros mismos, en realidad puede alentarlos y ayudarlos a darse cuenta de que no son los únicos que se ocupan de las cosas.
- Una persona humilde sirve felizmente a otras personas, y no lo hace para impresionar a los demás. Lo hacen para Dios, sabiendo que su recompensa vendrá de Dios.
- Una persona humilde es muy agradecida. Esta es una de las razones por las que suelen estar tan felices. Cuando vivimos con una actitud de gratitud, se libera alegría y poder en nuestras vidas.
- Una persona humilde tiene una conciencia sensible y se arrepiente rápidamente.
- Un líder verdaderamente humilde trata a todos con respeto. Cómo un líder trata a las personas es la forma más rápida de averiguar su nivel de humildad.
En Juan 15:5, Jesús dice: Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.
Cuanto más envejezco, más me doy cuenta de la importancia de la humildad. A menudo oro cosas como: “Señor, hoy no puedo hacer absolutamente nada sin ti. Por favor, ayúdame, necesito Tu gracia en cada situación.”
Te animo a orar y pedir la ayuda de Dios. Hazle saber que no puedes hacer nada sin Él. Pídele que te ayude a cultivar una actitud de humildad hacia ti mismo y los que te rodean. Mientras lo haces, Él te dará la gracia de convertirte en todo lo que Él te creó para ser… y realmente disfrutarás el viaje a lo largo del camino.