Te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo. -Mateo 16:19
Dado que no solo somos criaturas físicas, sino también seres espirituales, podemos estar en el ámbito físico y afectar el ámbito espiritual. Este es un privilegio y una ventaja muy significante. Podemos entrar en el reino espiritual a través de la oración y llevar a cabo acciones que provocarán el cambio en una situación. “Dios es Espíritu…» (Juan 4:24), y cada respuesta que necesitamos para cada situación está en Él.
Jesús le dijo a Pedro que le daría las llaves del reino de los cielos. Todas las llaves abren puertas, y creo que esas llaves (al menos en parte) pueden representar varios tipos de oración. Jesús persistió enseñarle a Pedro sobre el poder del atar y desatar, que opera sobre el mismo principio espiritual.
El poder del atar y desatar se ejerce en la oración. Cuando tú y yo oramos por la liberación de alguna esclavitud en nuestras vidas o en la vida de otra persona, estamos en efecto, atando ese problema y desatando una respuesta. El acto de la oración ata el mal y desata el bien.
Jesús nos ha dado el poder y la autoridad para usar las llaves del reino para llevar a cabo la voluntad de Dios en la tierra.