Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu. Salmos 51:10
Cuando Dios nos muestra una falta, afortunadamente, no espera que la arreglemos con nuestras propias fuerzas. Él solo quiere que lo reconozcamos, que estemos de acuerdo con Él, que lo lamentemos y que estemos dispuestos a alejarnos de ello. Él sabe, y nosotros necesitamos saber, que no podemos cambiarnos a nosotros mismos. Pero Él nos cambiará si estudiamos Su Palabra y cooperamos con Su Espíritu Santo.
Vale la pena celebrar los cambios de todo tipo porque son necesarios para el progreso. El proceso puede no traer gozo, pero más tarde producirá el fruto pacífico de justicia que Dios desea y que podemos disfrutar (ver Hebreos 12:11). Date permiso para relajarte y no te preocupes tanto por tu propia perfección. Haz lo que puedas hacer y deja que Dios haga lo que tú no puedes hacer.
Oración de Gracias
Padre, ayúdame a estar abierto a Tu obra refinadora en mi vida. Te amo y abro mi corazón para recibir Tu instrucción. Haz lo que quieras en mi vida hoy. ¡Gracias por cambiarme para ser más como Tú!