A unos Dios les da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otros, por el mismo Espíritu, palabra de conocimiento; a otros, fe por medio del mismo Espíritu; a otros, y por ese mismo Espíritu, dones para sanar enfermos; a otros, poderes milagrosos… (1 Corintios 12:8-10)
Jesús hizo muchos milagros. Por ejemplo, convirtió el agua en vino (ver Juan 2: 1–10) y alimentó a una multitud con la comida de un niño, donde quedaron canastos llenos de sobras (ver Juan 6: 1–13). Hay muchos tipos de milagros: milagros de provisión y suministro, milagros de sanación y milagros de liberación, solo por nombrar algunos.
Dave y yo hemos visto muchos milagros a lo largo de los años. Ciertamente hemos visto milagros tales como sanaciones físicas y liberaciones de ataduras que han estado allí por largo tiempo. También hemos experimentado milagros de suministro, momentos en que Dios nos ha provisto para nosotros y para nuestro ministerio de manera sobrenatural, que sabemos que Dios mismo intervino en nuestra situación y proporcionó lo que necesitábamos.
Los milagros son cosas que no se pueden explicar, cosas que no ocurren de manera común. Todos podemos y debemos creerle a Dios por milagros en nuestras vidas. No te conformes con vivir una vida común, cuando el regalo de los milagros está disponible. Pide y espera que Dios obre milagrosamente en tu vida y en la vida de otras personas. El mismo Dios que separó el Mar Rojo quiere ayudarte hoy.
LA PALABRA DE DIOS PARA TI HOY:
No te conformes con lo ordinario, pero espera lo extraordinario.