Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno. —Efesios 6:16
En épocas pasadas, los soldados se protegían con escudos, y en Efesios 6:16, la Biblia habla del “escudo de la fe.” Dado que los escudos brindan protección, la fe debe ser una forma de protegernos cuando el enemigo ataca. Podemos estar agradecidos de que Dios nos dé un sistema de defensa. Sin embargo, al igual que con un escudo real, Su escudo solo es efectivo cuando es levantado. No ayudará a un soldado si está en el suelo o a su lado.
Cuando el diablo nos ataca con circunstancias desagradables o pensamientos que nos hacen sentir miedo, inmediatamente debemos levantar el escudo de la fe. La forma en que lo hacemos es decidir que confiaremos en Dios en lugar de tratar de encontrar nuestro propio camino hacia la victoria. Es útil decir en voz alta: “¡Confío en Dios en esta situación!” Dilo firmemente con convicción. Jesús le respondió a satanás diciendo “Escrito está” citando los versículos (ver Lucas 4), y nosotros podemos hacer lo mismo.
Oración de Gracias
Padre, te agradezco que Tu Palabra es un escudo poderoso, y es eficaz contra todo lo que el enemigo intenta hacer en mi vida. Mi fe se basa en Tu Palabra y Tus promesas para mi vida.
