
Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Pondré mi Espíritu dentro de ustedes y haré que anden según mis leyes, que guarden mis decretos y que los pongan por obra. (Ezequiel 36:26-27)
Los versículos de hoy contienen una promesa que Dios dijo hace miles de años, una promesa de que llegaría un día en que Él daría a las personas nuevos corazones y pondría Su Espíritu dentro de ellos. Cuando Dios pronunció estas palabras, la gente vivía bajo el Antiguo Pacto, el tiempo anterior al nacimiento, muerte y resurrección de Jesús. Bajo ese Antiguo Pacto, el Espíritu Santo estaba con personas y venia sobre ellas para propósitos especiales, pero no el Espíritu Santo no vivía en sus corazones.
Tú y yo estamos viviendo en el Nuevo Pacto, en el tiempo del que Dios hablaba a través del profeta Ezequiel cuando prometió enviar a Su Espíritu a vivir dentro de nosotros. Nadie podría nacer de nuevo y convertirse en una morada para el Espíritu de Dios hasta que Jesús murió y resucitó de los muertos. Ahora que Él ha venido, podemos recibirlo como Señor y Salvador y podemos recibir el Espíritu Santo en nuestros corazones. Cuando Él vive en nosotros, puede hablarnos, capacitarnos para escuchar Su voz y darnos poder para obedecer lo que nos diga.
Te animo a que medites en la increíble bendición de ser elegido como un hogar para Dios. Eso significa que Dios y tu están muy unidos y puedes tener la expectativa de disfrutar de una maravillosa comunión con Él.
La palabra de Dios para ti hoy: estás muy cerca de Dios.