Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. 1 Juan 3:14
De principio a fin, en todo tipo de formas, la Palabra de Dios nos anima y nos desafía a amar a otras personas; es el ejemplo que Jesús nos dio a lo largo de Su vida y ministerio en la Tierra.
Si verdaderamente deseas amar a los demás como Dios te ama a ti, primero debes proponerte a llenar tu mente con pensamientos amables, amorosos, desinteresados y generosos. Tómate unos minutos cada mañana y pídele a Dios que te muestre lo que puedes hacer por alguien más ese día. Incluso puedes elegir a una persona específica. Concéntrate en amar a los demás y tendrás una vida llena de amor y felicidad y serás un gran animador para los demás.
Pensamiento de poder
Vale la pena vivir mi vida porque vivo para amar a los demás.