Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Juan 10:27
Es importante que no pensemos que la oración y la comunión con Dios somos nosotros los únicos que hablamos. También podemos pasar tiempo con Él escuchando. La oración es una calle de doble sentido. Dios no solo nos escucha, sino que, afortunadamente también nos habla.
Un gran ejercicio para practicar mientras escuchas a Dios es preguntarle si hay alguien a quien Él quiere que animes o bendigas, luego quédate quieto y escucha. Te sorprenderá lo rápido que Él responde. Dios llenará tu corazón con pensamientos y metas piadosas. Lo más probable es que pienses en algunas personas y se te ocurran algunas ideas creativas sobre cómo bendecirlas y animarlas. Estas “ideas” y “pensamientos” son Dios hablándote. Dios habla de muchas maneras diferentes, pero una cosa es segura: no oiremos Su voz si no aprendemos a escuchar.
Dios tiene ideas para presentarte que ni siquiera has considerado. Escúchalo atentamente con un corazón agradecido por su presencia. Luego siga el consejo que se da en Juan 2:5: “—Hagan lo que él les ordene.”
Oración de Gracias
Padre, te agradezco que todavía hablas a Tu pueblo. Oro para que me muestres a alguien que necesite aliento hoy. Gracias por hablarme y permitirme ser una bendición en la vida de alguien.