El que refrena su boca y su lengua se libra de muchas angustias. Proverbios 21:23
Las palabras alimentan el buen o el mal humor; de hecho, alimentan nuestras actitudes y tienen un gran impacto en nuestras vidas y nuestras relaciones. Si hablamos cosas positivas y buenas, entonces nos ministramos vida a nosotros mismos. Aumentamos la emoción de la alegría. Sin embargo, si hablamos palabras negativas, entonces nos ministramos muerte y miseria a nosotros mismos; aumentamos nuestra tristeza y nuestro estado de ánimo se desploma.
Pero, afortunadamente, podemos controlar las palabras que decimos y la calidad de nuestras vidas. ¿Por qué no te ayudas a primera hora todos los días? No te levantes cada mañana y esperes a ver cómo te sientes y luego hables de cada sentimiento que tenga con cualquiera que te escuche. Si haces eso, le estás dando la autoridad a tus emociones sobre ti. En cambio, levántate alabando a Dios por Su bondad en tu vida. Deja que las palabras de agradecimiento alimenten una vida de paz y alegría.
Oración de Gracias
Padre, gracias porque puedo elegir qué tipo de actitud voy a tener al elegir hablar palabras de vida cada día. No importa cómo me sienta o lo que esté pasando a mi alrededor, voy a animar y fortalecer mi espíritu, no mi carne.