No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven. Recuerden que él los identificó como suyos, y así les ha garantizado que serán salvos el día de la redención. (Efesios 4:30)
La Escritura de hoy, en el contexto de los versículos que la rodean, nos enseña que la forma en que manejamos las relaciones es importante para Dios. Manejarlos mal es una forma en que entristecemos al Espíritu Santo.
Muchas veces desarrollamos el hábito de maltratar a las personas más cercanas a nosotros, especialmente cuando no nos sentimos bien; no dormimos lo suficiente; cuando tenemos un día difícil, recibimos malas noticias o sufrimos una decepción. Pero Dios quiere que nos tratemos bien los unos a los otros todo el tiempo, no solo cuando tengamos ganas de hacerlo.
Yo solía preguntarme por qué actuaba mal con mi esposo o mis hijos, pero no con otras personas. El Espíritu Santo rápidamente me mostró que controlaba mis emociones y actitudes negativas cuando estaba cerca de personas que yo quería impresionar. Pero cuando estaba con mi propia familia, con quien ya tenía relaciones, me tomaba libertades que mostraban claramente mis defectos de carácter y mi inmadurez espiritual. Me convencí de que realmente no podía evitarlo, que cuando me volvía difícil o gruñona, simplemente no podía disciplinarme. Me sentí tan frustrada que parecía que tenía que explotar.
Cuando me molestaba por las luchas financieras, algo en el trabajo o algún asunto insignificante en casa, me desahogaba con mi familia. La mayoría de las veces estaba enojada y los trataba mal por algo no resuelto dentro de mí, no por lo que había sucedido. Dios me ayudó a enfrentar la verdad y afortunadamente fui liberada.
Las relaciones son algunas de nuestras cosas más importantes y valiosas, y Dios quiere que las valoremos. El Espíritu Santo nos ayudará a manejar nuestras frustraciones adecuadamente si recurrimos a Él con el corazón abierto, listos para enfrentar cualquier verdad que Él nos muestre.
La palabra de Dios para ti hoy: No hagas que otras personas paguen por tus frustraciones internas.