Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. —Hebreos 12:1
Cuando el escritor del libro de Hebreos escribió que podemos despojarnos y deshacernos de todo estorbo, estaba pensando en los corredores de su época que literalmente se quitaban la ropa, hasta un simple taparrabos. Se aseguraron de que nada pudiera enredarlos y evitar que corrieran lo más rápido posible. ¡Estaban corriendo para ganar!
Una parte importante de acercarnos a Dios es hacer un inventario de nuestra vida y dejar a un lado cualquier cosa que nos enrede o nos aleje de Él. Tener una relación cercana con Él requiere que nos deshagamos de las cosas que lo afligen y nos distraen, las cosas que nos impiden vivir el plan de Dios para nuestra vida.
A menudo necesitamos echar un vistazo a nuestras vidas y dejar de lado las cosas que nos enredan o nos alejan de Dios. Es imposible crecer espiritualmente sin hacerlo. Cuando Dios te muestra algo para dejar de lado, te animo a que lo hagas sin dudarlo. No discutas con Dios ni sientas lástima de ti mismo. Lo que Él te pide que hagas te beneficiará al final. Ya sea que se trate de una amistad destructiva, un hábito dañino, sentirse ofendido o cualquier otro pecado en tu vida, se lo suficientemente valiente para enfrentarlo. Pídale a Dios que te ayude y luego obtén fuerzas de Él y de Su Palabra.
Deja a un lado todo lo que estorbe y corre la carrera de la santidad. La recompensa es Dios mismo.
