Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada. —Santiago 1:2-4
Por lo general, no lo vemos mientras está sucediendo, pero Dios está elaborando Su plan perfecto para nuestras vidas detrás de escena. Aunque queremos resultados en este momento, el desarrollo del personaje requiere tiempo y paciencia.
La Biblia dice que la paciencia hace un trabajo completo en nuestras vidas. Cuando esperamos en Dios, Él nos hace plenamente perfeccionados y completos, sin carecer de nada. He descubierto que la paciencia es más que la capacidad de esperar; es la capacidad de mantener una buena actitud mientras se espera. Este fruto práctico del Espíritu proviene de una relación cercana con Dios; se manifiesta en una actitud tranquila y positiva a pesar de las circunstancias.
“El momento de Dios generalmente no es nuestro momento. Tenemos prisa, pero Dios no. Él se toma el tiempo para hacer las cosas bien: Él sienta una base sólida antes de intentar construir un edificio. Somos el edificio de Dios en construcción. Él es el maestro constructor y sabe lo que está haciendo.
Cuando te sientas impaciente, recuerda que el tiempo de Dios siempre es perfecto.