Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. Efesios 4:15
Dios no espera que seamos perfectos. De hecho, es precisamente porque nunca pudimos ser perfectos que Él envió a Jesús para salvarnos y al Espíritu Santo para ayudarnos en nuestra vida diaria. Si pudiéramos hacerlo solos, no necesitaríamos ayuda. Afortunadamente, Jesús vino a perdonar nuestras imperfecciones y borrarlas a la vista de Dios. De hecho, somos perfectos a través de Jesús, pero nunca podremos ser perfectos en nuestro propio desempeño.
Jesús dijo: “sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto.” (Mateo 5:48), pero el estudio del idioma original revela que Él quiso decir que debemos crecer hasta alcanzar una madurez completa de piedad en mente y carácter. Dios no está decepcionado de que no hayamos llegado a manifestar un comportamiento perfecto, pero se deleita en encontrarnos creciendo hacia la madurez.
Oración de Gracias
Padre, estoy muy agradecido de que me ayudes a crecer en plenitud y madurez espiritual. No soy perfecto, pero gracias a Tu obra, ¡te agradezco que estoy bien y que voy en camino!