Oren por nosotros, porque estamos seguros de tener la conciencia tranquila y queremos portarnos honradamente en todo. (Hebreos 13:18)
Dios nos da conciencia para que no nos metamos en problemas. Si ignoramos nuestra conciencia el tiempo suficiente, ya no sentiremos la convicción de Dios cuando seamos culpables de pecado. La gente se endurece cuando ignora su sentido natural del bien y del mal. Esto les sucede incluso a las personas que nacen de nuevo. Cuanto más dura la gente, más difícil les resulta escuchar la voz de Dios. La conciencia no les funciona como Dios la diseñó.
La conciencia es una función del espíritu y trabaja como un monitor interno de nuestro comportamiento. Nos permite saber cuándo algo está bien o mal; en consecuencia, nuestro conocimiento de las normas y pautas que Dios ha establecido para nosotros afecta en gran medida nuestra conciencia.
Su Palabra despierta nuestra conciencia de su estado de coma. Las personas que no son cristianas pueden saber cuándo están obrando mal, pero no sienten la convicción como aquellos de nosotros que nacemos de nuevo, estamos llenos del Espíritu y tenemos comunión con Dios a diario. Cuanto más tiempo pasamos en la presencia de Dios, más sensibles nos volvemos a las cosas que no reflejan el corazón de Dios. Cuando nos comportamos de manera impía, rápidamente sentimos que nos hemos salido de la línea con la manera en que Jesús quiere que manejemos una situación.
Podemos tener vidas maravillosas si llenamos nuestra mente con la Palabra de Dios y luego simplemente obedecer a nuestra conciencia.
LA PALABRA DE DIOS PARA TI HOY:
Deje que tu conciencia sea tu guía.