No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. —Gálatas 6:9
Muchas personas piensan que están siendo pacientes solo porque han tenido que esperar algo. Pero la paciencia es más que esperar. La paciencia es tener una buena, positiva y alegre actitud en el proceso de espera. Es fruto del Espíritu que se manifiesta en un creyente que se somete a Dios, sin importar sus circunstancias. La persona paciente siempre mantendrá la calma y nos señalará la provisión de nuestro Padre celestial.
A menudo queremos que el plan de Dios en nuestras vidas suceda ahora mismo. Pero la obra perfecta de Dios toma tiempo y requiere que seamos pacientes. Dios no está trabajando en nuestro horario. Aunque estamos apurados y afanados, Dios nunca lo está. Se toma el tiempo para hacer las cosas bien. Trabaja en Su obra maestra con consideración, cuidado y precisión.
Somos la obra maestra de Dios (Efesios 2:10 NTV). Él es el Diseñador y está elaborando algo hermoso a partir de tu vida. El tiempo de Dios parece ser Su propio pequeño secreto. La Biblia nos promete que nunca llegará tarde, pero también he descubierto que por lo general no llega temprano. No importa lo que hagas, no puedes apresurar a Dios. Así que te animo a disfrutar de la espera.
¡Disfruta donde estás en el camino hacia dónde vas!