Por eso mi corazón se alegra, y se regocijan mis entrañas; todo mi ser se llena de confianza. —Salmos 16:9
Hay docenas de cosas que suceden durante la vida común y cotidiana, y podemos disfrutarlas todas si tomamos la decisión de hacerlo.
Cosas como vestirse, conducir al trabajo, ir al supermercado, hacer mandados, mantener las cosas organizadas, enviar correos electrónicos, llevar a los niños a practicar sus actividades y cientos de cosas más. Después de todo, son las cosas de las que se compone la vida. Comienza a realizarlas con una actitud de gratitud y date cuenta de que, a través del Espíritu Santo, puedes disfrutar absolutamente de todo lo que haces todos los días de tu vida.
El gozo no proviene simplemente de estar entretenido, sino de la decisión de apreciar cada momento que se te da como un regalo raro y precioso de Dios.
Oración de Gracias
Padre, gracias por el regalo de la vida y gracias por cada actividad que viene con ese regalo. Oro para que me ayudes a encontrar alegría en cada parte de mi día mientras vivo para ti. Te agradezco que puedo elegir disfrutar incluso las partes promedio y rutinarias de mi día.
