A alguien más ese único Espíritu le da el don de sanidad. (1 Corintios 12:9)
El don de sanidad obra con el don de fe. Aunque se anima a todos los creyentes a orar por los enfermos y verlos recuperarse (ver Marcos 16: 17-18), el Espíritu Santo distribuye dones extraordinarios de sanidad a algunas personas, así como les da otros dones espirituales a ciertas personas. En nuestras conferencias a menudo oramos por las personas y vemos muchas maravillosas sanidades. Hemos recibido montones de testimonios e informes de sanaciones físicas confirmadas a lo largo de los años. Yo oro la oración de fe durante nuestras conferencias y en nuestras transmisiones y creo por fe que Dios está obrando.
Cuando una persona recibe sanidad a través de un don espiritual, es posible que esa sanidad no sea evidente de inmediato. La sanación puede ser un proceso que funciona como un medicamento. Es necesario recibirlo por fe y creer que está obrando. Los resultados a menudo se hacen visibles más tarde. Con frecuencia yo animo a las personas a decir: «El poder sanador de Dios está obrando en mí en este momento.» Debemos confiar en Dios en el área de nuestra salud. Doy gracias a Dios por los médicos y los medicamentos cuando los necesito, pero Jesús es nuestro Sanador (ver Isaías 53: 5).
La palabra de Dios para ti hoy: Dios es tu médico y Su Palabra es tu medicina. Pídele que te sane en todos los sentidos.
