Libre para Volar

Libre para Volar

El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros… —Isaías 61:1

El amor ofrece a las personas raíces y alas. Proporciona un sentido de pertenencia (raíces) y un sentido de libertad (alas). El amor no trata de controlar o manipular a los demás.

Jesús dijo que fue enviado por Dios para proclamar la libertad. Como creyentes, eso es lo que debemos hacer también: liberar a las personas para que cumplan la voluntad de Dios para sus vidas, no para ponerlas bajo nuestro control.

¿Ha visto alguna vez a padres empujar a sus hijos a hacer cosas que ni siquiera quieren hacer solo para satisfacer los deseos frustrados de sus padres? ¿Alguna vez has visto a una persona que es pegajosa y emocionalmente asfixiante con un nuevo amigo, porque tiene miedo de perder a esa persona? Ambos ejemplos atan en lugar de liberar.

Esa no es la forma en que funciona el verdadero amor. El amor no trata de obtener satisfacción personal a expensas de los demás. El amor proclamará siempre la libertad. Cuando amamos a Dios, y cuando amamos a los demás, permitiremos con entusiasmo que las personas en nuestras vidas sigan el plan de Dios, no nuestro plan, y ver lo que pueden ser y qué pueden lograr en Cristo Jesús.

¡Un pájaro enjaulado no puede volar, proclamar la libertad! Libera a las personas y mira lo que pueden hacer.

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