Y ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda?¡Mi esperanza he puesto en ti! —Salmos 39:7
La Palabra de Dios dice que Él quiere que seamos bendecidos (ver Deuteronomio 29:9). Afirma que podemos y seremos bendecidos en todos los sentidos cuando caminamos en la voluntad de Dios. Satanás quiere mantener a la gente temerosa y sin esperanza. La desesperanza roba nuestra paz y gozo dados por Dios.
El enemigo le dice a la gente que nunca tendrán nada, que su vida nunca cambiará y que las cosas nunca mejorarán. Y cuando la gente cree sus mentiras, se quedan sin esperanza y desanimados. Recibimos lo que creemos, ya sea positivo o negativo, por lo que es de vital importancia que tengamos fe en Dios constantemente, como nos dice Marcos 11:22–24 que hagamos.
Niégate a estar sin esperanza y pon tu confianza en la Palabra de Dios. Sé cómo Abraham, de quien se dice que, aunque no tenía esperanza, esperaba con fe que las promesas de Dios se cumplirían en su vida. Mientras esperaba, dio alabanza y gloria a Dios, y satanás no pudo vencerlo con la duda y la incredulidad (ver Romanos 4:18–20).
Oración de Gracias
Padre, gracias por el poder de la esperanza. Estoy agradecido de que no importa cómo se vean las circunstancias a mi alrededor, puedo poner mi esperanza en Ti y en Tu Palabra. Estoy en paz hoy porque Tú eres la fuente de mi esperanza.
