Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
Dios nos da las armas que necesitamos para ganar cada batalla que enfrentamos. La Palabra de Dios es una espada para nosotros, y podemos empuñarla contra el enemigo. Nuestras espadas no servirán de nada si las mantenemos en sus vainas, así como una Biblia no nos ayudará si simplemente se sienta en un estante acumulando polvo. Usar nuestras espadas es conocer, creer y hablar la Palabra de Dios.
Si te despiertas una mañana y sientes que quieres darte por vencido, usa tu espada diciendo: “¡No me rendiré! Estoy agradecido porque Dios tiene planes para darme un futuro y una esperanza, y voy a seguir adelante con fe para poder experimentar esos planes” (ver Jeremías 29:11). Dios nos da armas de guerra para que podamos usarlas. Si quieres ganar, tendrás que permanecer activo. La pasividad y el deseo de nunca ganar la batalla.
Oración de Gracias
Te agradezco, Padre, que me has dado Tu Palabra y que puedo usarla para ganar la victoria. Ayúdame a recordar apoyarme en Tu Palabra en lugar de en mi propia fuerza. Estoy agradecido por Tus promesas que me sostienen en cada batalla.