Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. —1 Juan 4:7
Cuanto más meditamos en el amor incondicional de Dios por nosotros, más comenzamos a experimentarlo realmente. Te insto a que practiques el ser consciente y reflexiones acerca del amor de Dios por ti. Pablo oró en Efesios 3 para que la gente experimentara el amor de Dios por sí mismos. Esa es la vida que Dios quiere que vivamos, una vida en la que verdaderamente conozcamos y experimentemos Su amor incondicional e interminable.
Me volví consciente del amor de Dios por mí a través del aprendizaje de las Escrituras acerca de Su amor. Medité en ellas y las confesé de mi boca. Hice esto una y otra vez durante meses, y todo el tiempo la revelación de Su amor incondicional por mí se estaba volviendo cada vez más una realidad para mí. A ti te puede pasar lo mismo. Si estudias la Palabra de Dios, apoyándote en cada promesa del amor del Padre, aprenderás a vivir en la revelación transformadora de que eres amado. Piénsalo de esta manera: nunca hay un momento en tu vida en el que no seas amado.
¡Eres amado!
