Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. —Isaías 26:3
Jesús tuvo una comunión continua con su Padre celestial porque estaba enfocado en Dios. Solo es posible tener comunión plena con alguien cuando tu mente está en ese individuo. Esta es una lección que podemos aprender como creyentes. Para vivir en una relación cercana con Dios, es importante que vivamos “con la mente puesta en Dios.”
Es tremendamente edificante pensar en la bondad de Dios y en todas las obras maravillosas que ha hecho. Si deseas experimentar la victoria, toma un tiempo para meditar regularmente sobre la insuperable grandeza de Dios. Dar gracias a Dios y ser consciente de su bondad son dos caminos seguros para empezar a disfrutar de la vida.
Jesús dijo que el Espíritu Santo nos llevaría a una comunión cercana con Él (Juan 16:7). Si elegimos pensar en el Señor, lo traerá al frente de nuestras vidas y comenzaremos a disfrutar de una comunión con Él que trae gozo, paz y victoria a nuestra vida diaria.
Dios siempre está con nosotros, pero es importante que pensemos en Él y seamos conscientes de Su presencia.
