La mano del Señor no es corta para salvar, ni es sordo su oído para oír. —Isaías 59:1
Afortunadamente, el brazo de Dios puede alcanzarnos sin importar dónde estemos, y podemos tener el gozo de saber que Él se deleita en ayudarnos. Dios nos escucha cuando lo invocamos y tenemos el privilegio de confiar en Él en lugar de tratar de resolver nuestros propios problemas. Efesios nos dice que debemos ponernos toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo podamos resistir hasta el fin con firmeza. (ver Efesios 6:13).
Cuando intentamos hacer lo que solo Dios puede hacer, terminamos frustrados y sintiéndonos miserables. Por ejemplo, solo Dios puede cambiar a las personas, porque solo Él tiene la capacidad de cambiar el corazón de una persona. Yo desperdicié muchos años tratando de cambiarme a mí misma, a mi esposo, a mis hijos y a otros parientes y amigos, pero nada funcionó hasta que dejé de intentarlo en la carne y comencé a confiar en Dios. Puedes creer y confiar en Dios, y mientras lo hagas, Él obrará y podrás disfrutar de la espera.
Oración de Gracias
Padre, te agradezco que te deleitas en ayudarme y que estás obrando en mi vida. Ayúdame a evitar mi propio esfuerzo carnal y poner mi confianza en Ti. Estoy agradecido porque el brazo del Señor es poderoso para salvar mi vida.
